En Toulouse, más que en ningún otro lugar, la dulzura de la vida es palpable en todo momento.
Desde las orillas del Garona, hasta los jardines que son verdaderos remansos de paz en los barrios o las ramblas, el corazón de la ciudad donde las compras son el rey, le invitan a un descubrimiento lúdico.
La segunda ciudad estudiantil más grande de Francia tiene un alma festiva, lúdica y tentadora que dura toda la noche. En sus numerosos bares llenos de vida y en las guinguetas que cobran vida en cuanto aparece el primer rayo de sol primaveral, se puede disfrutar de la vida.
